Las pasadas navidades, La Casa Encendida lanzó una iniciativa nueva (que esperamos continué el año que viene) El Palacio de Alhajadú, un mercado con pequeñas marcas defensoras del consumo responsable, actividades familiares, talleres para niños, música, teatro, una cafetería ecológica….tuvimos la suerte de participar realizando varios talleres. Desde aquí agradecemos a Silvia Bianchi, Mónica Carroquino y al resto del equipo de la casa encendida la buena organización 😉
Marina, otra de nuestras chiquitectas, ha escrito la crónica de uno de los talleres:
Los niños van entrando y dejando los abrigos mientras se desperezan adormilados tras la primera noche de las vacaciones. Es pronto y no tienen muy claro lo que vamos a hacer…el taller trata sobre los sitios donde pasamos las navidades… nos miran extrañados… y es que ¡nunca se han planteado nada acerca de esos lugares!. Pero nos ponemos manos a la obra y en un momento comienzan a pensar cómo quieren vivir estas fechas y empiezan a crear un espacio propio donde tienen cabida todos sus seres queridos, con sus sueños, deseos e historias que contar. Hablamos de cómo vivimos las navidades aquí y en otros lugares del mundo, donde no hace frío porque es verano y la gente puede celebrar estas fechas bailando alrededor de una hoguera.
Es en ese momento cuando veo la ilusión de la navidad, cuando a un niño se le ilumina la cara al contarte que aquí es donde va a estar su abuela porque le gusta contar historias o mientras otro te revela que su deseo, al salir, va a ser hacerse pequeñito para poder meterse a jugar en ese espacio suyo que huele a recién hecho. Alhajadú es mágico…se puede pedir un deseo soplando por una pajita y se encienden las mil bombillas de la lámpara del atrio, se pueden pintar las paredes y hasta las puertas de los ascensores, dibujar mil historias y por supuesto inventar lugares donde pasar las próximas navidades.
Marina Cariño es arquitecta -además de monitora infantil- y colabora con chiquitectos.
Navidades en Alhajadú ©Xabier Gómez