prohibido jugar

08/11/2011 | blog

Plazas en las que se prohíbe jugar…es necesario que nos preguntemos qué está ocurriendo en nuestras ciudades si los niños ya no pueden jugar, qué ha sucedido para que los adultos decidamos que es necesario impedir el juego en determinados espacios públicos.

La ciudad surge alrededor de la plaza, como un lugar de encuentro y de intercambio, de divertimento y estancia. Hoy, esos espacios públicos se alejan cada vez más de esas funciones, y no precisamente porque los ciudadanos lo deseen, sino porque a base de prohibiciones como ésta, y obras de remodelación, se eliminan los lugares para el descanso, la vegetación y la sombra. Lo que antes era un lugar para estar se convierte ahora en un espacio para atravesar, ni siquiera para recorrer. Lugares de paso que, en el caso de Madrid, significan enormes superficies de granito que los ciudadanos atraviesan, lo más rápido posible muchas veces bajo un sol abrasador. Nada invita a detenerse, no se puede almorzar en un banco bajo un árbol, porque no hay lugar para ellos.

Apenas hay niños en estas plazas (¡cómo iba a haberlos, con semejante panorama!), los encontramos, sin embargo, hacinados en esos minúsculos parques con un pavimento de goma que envejece mal y sin un grano de arena. No hay espacio para ellos en la ciudad.

El niño hoy tiene dificultad para jugar en su entorno urbano. El juego es una actividad fundamental en la infancia, no sólo a nivel social, sino también como aprendizaje. El juego está íntimamente relacionado con la autonomía. La autonomía de los niños en la ciudad es muy pequeña, disminuye conforme aumenta la de los adultos. Un niño no puede salir solo a la calle porque hay demasiadas personas mayores que están utilizando ese espacio. Autonomía también tiene que ver con movilidad. Los niños perciben la ciudad llena de impedimentos para su movimiento: demasiados coches, demasiados conductores que no respetan a los peatones, aceras estrechas con numerosos obstáculos. Ese espacio público, que debería existir, es inseguro para los niños y cada vez menor.

Afortunadamente, existen iniciativas que demuestran que no está todo perdido, proyectos tan interesantes como la cittá dei bambini de Tonucci que ya se aplica en numerosas ciudades, o propuestas a una escala menor como jurbaning (jugar la calle) desde la UPM ,demuestran que existe un colectivo con interés en que se produzcan cambios en la ciudad para que ésta vuelva a ser un lugar de encuentro y de intercambio para todos.

Benaocaz, Cádiz. Publicada en FB por Emilio Villa'emi