mujeres en CRIF Las Acacias

17/01/2019 | blog, colaboraciones, CRIF Las Acacias

El pasado mes de noviembre impartí el curso «El aula como espacio de aprendizaje» en el CRIF Las Acacias. Treinta fantásticas mujeres me acompañaron durante cuatro sesiones de tres horas de duración donde compartimos inquietudes, preocupaciones y lo más importante, buscamos soluciones para mejorar el día a día en las escuelas infantiles. Durante el programa todas ellas fueron aplicando en sus centros las distintas dinámicas y herramientas aprendidas para la transformación de sus aulas y patios. En grupo, o de forma individual, han reflejado y documentado todo el proceso llevado a cabo: análisis y detección de problemas, búsqueda de soluciones y aplicación de las mismas ¡todo ello en un mes!

Como resumen del curso, comparto algunas de las conclusiones de las alumnas:

– Con respecto a nuestra participación, ha sido un gusto dejarnos guiar poco a poco por Almudena, que casi sin darnos cuenta supo despertar en nosotras el deseo de cambiar, de transformar la escuela. Nos ha proporcionado herramientas importantes para poder trasladar al resto del equipo y continuar así replanteándonos y transformando la escuela. (Laura Barbudo, Llanos Contreras y Ana Lacorazza)

– Los cambios han sido muy positivos y te das cuenta realizando el trabajo de las muchas posibilidades de cambio que están al alcance de tu mano. (Cristina Gayo)

– El curso me ha incitado a producir cambios y el impacto ha generado ilusión por seguir provocando cambios en los espacios. (Gema Martín)

– Aunque la intención del equipo educativo de cambiar el espacio ya existía, la formación recibida nos ha sido de gran utilidad para ponernos en marcha de forma más ágil con ideas y posibilidades concretas.(Laura Muelas)

– Termino este trabajo con una reflexión, solamente podemos cambiar lo que está en nuestras manos. Las acciones concretas que he realizado certifican que, sin necesidad de apenas presupuesto, se pueden introducir mejoras en el espacio disponible.(Paloma de la Torre)

Solo puedo decir ¡muchas gracias!, la semilla del cambio está sembrada y ahora solo queda regarla para que crezca y dé frutos 😉

Almudena de Benito, arquitecta fundadora de chiquitectos

©chiquitectos