
Chiquitectos continúa su gira dando talleres por el mundo. En este último episodio magrebí de finales de noviembre hemos estado en las ciudades de Ceuta, Tánger y Tetuán. Como en otras ocasiones, hemos sido invitadas por el Instituto Cervantes, esta vez, por su sede en Tetuán, para dar un taller dirigido a pequeños y pequeñas estudiantes de castellano.
Pero no nos hemos limitado a visitar esta preciosa ciudad a los pies del Rif. Como no nos gusta dar puntada sin hilo y ya que estábamos por allí, hemos colaborado también con la Fundación Premio Convivencia de Ceuta dando dos talleres la tarde del jueves 24 de noviembre, ya que las plazas del primero se agotaron en apenas unas horas y se decidió ofrecer la oportunidad a las personas que estaban en la lista de espera. Un éxito por el que estamos muy agradecidas.
También gracias al programa Visages, el programa de cooperación y promoción de la cultura española en Marruecos, dependiente del Ministerio de Cultura y Deporte de España y de la Embajada española, tuvimos la oportunidad de impartir dos talleres para estudiantes de quinto de primaria en el Colegio Español Ramón y Cajal de Tánger el viernes 25.
En las tres ciudades, llevamos a cabo talleres sobre la arquitectura más elemental: los refugios. Proponiendo una reflexión sobre las necesidades más básicas para la vida y buscando respuestas con una arquitectura mínima, barata y sostenible. Los y las participantes trajeron de sus casas material de reciclaje para construir maquetas. Tubos de cartón, cajas o envases, redecillas y hueveras azules (nos encanta la gama de colores que tienen en esta zona) sirvieron para expresar sus soluciones arquitectónicas, y la mayor parte decidió hacerlo en equipo 🙂
La Fundación Premio Convivencia promueve la convivencia entre las distintas culturas, religiones y pueblos que habitan en la ciudad de Ceuta. Los dos talleres que hicimos en su sede, la antigua estación de ferrocarril de la línea Ceuta – Tetuán, construida por la Compañía Española de Colonización, fueron todo un éxito en este sentido. Acudieron nada menos que 42 niñas y niños de origen muy variado ¡Quedamos muy contentas de involucrar por igual a las distintas comunidades ceutíes! Por supuesto, la relevancia del acontecimiento hizo que nos visitaran dos medios de comunicación locales e incluso el vicepresidente segundo y consejero de Educación y Cultura, Carlos Rontomé.
El sábado 26, en el otro extremo de esta antigua línea de ferrocarril nos esperaba Tetuán, capital de lo que fue el Protectorado Español de Marruecos, con su preciosa medina y su ensanche español. En nuestra última parada africana, impartimos un taller en la sede del Instituto Cervantes, situada en el antiguo edificio de correos, para 22 niños y niñas que estudian castellano en el propio centro. Su nivel de manejo de nuestro idioma era muy variado. No habría sido posible sin la ayuda de dos docentes del Instituto, que hicieron de intérpretes durante el taller. ¡Fue una experiencia muy bonita construir todas esas maquetas de refugios en varios idiomas!
Entre Ceuta y Tetuán, viajamos a Tánger, la increíble ciudad internacional. Nuestro destino allí fue el colegio español Ramón y Cajal, antiguo Grupo Escolar de España en Marruecos, un precioso edificio de principios del siglo pasado situado en el barrio español junto al Instituto Severo Ochoa, el Instituto Cervantes, y el hospital y el consulado españoles.
Estuvimos con las tres clases de quinto -en total 74 niños y niñas, entre los que había bastante mezcla de orígenes y muy buen nivel de castellano- construyendo en grupo maquetas de refugios para las situaciones más variadas. Estaban encantados. En un momento de éxtasis, un niño nos dijo mientras cortaba una pieza de cartulina para su maqueta: ¡Esta es la mejor actividad de mi vida!
Y con eso nos quedamos, ponemos nuestro granito de arena en contribuir a una nueva educación y seguimos aprendiendo de nuestros chiquitectos cada día.
Esta colaboración, con tres instituciones distintas y en tres ciudades diferentes, organizada en un tiempo récord no hubiera sido posible sin el esfuerzo de una serie de personas a las que estamos muy agradecidas: el equipo del cervantes en Madrid y en Tetuán (especialmente gracias a Suky y Bouthaina), el equipo del ministerio (Ángeles, Manuel y Elena), el director del colegio español, Javier López de las Heras, y Ernesto Sanez de Navarrete, coordinador de la Fundación premio convivencia. Gracias de corazón por esta acogida y entusiasmo, esperamos que este viaje sea el primero de muchos 🙂