
A finales de junio viajamos a Argelia, un país completamente desconocido para nosotras y del que apenas teníamos referencias, a pesar de la cercanía geográfica. De nuevo la colaboración con el Instituto Cervantes nos ha permitido viajar a África, y que los y las participantes argelinas nos compartan sus ideas sobre la ciudad en la que les gustaría vivir.
Argel es una ciudad con muchísimo tráfico, en la que ir en bicicleta es todo un desafío y eso se mostró en la maqueta que construyeron los niños y niñas que estudian español en el Instituto Cervantes de Argel. Este grupo de casi 20 participantes muy heterogéneo, tanto en edad como en el nivel de castellano, dedicó la mañana del 22 de junio a mostrar sus ideas sobre cómo es la ciudad en la que les gustaría habitar.
Argel tiene una imagen decadente, preciosos edificios de aspecto parisino con barandillas y contraventanas azules. Un aire mediterráneo salpicado de antenas parabólicas oxidadas y telas que inundan las fachadas y que nos recuerda un poco a Nápoles. Aunque hay pocos espacios para el juego en la calle, los pequeños habitantes de la medina (donde no hay coches) ocupan las calles con sus balones.
Todo esto supone un fuerte imaginario colectivo para las niñas y niños, que se sorprenden con la idea de la ciudad de los 15 minutos o con la red de carriles bici de algunas ciudades europeas, ideas completamente novedosas para su entorno.
En Orán la experiencia fue parecida, el sábado 24 de junio, en la nueva sede del Instituto Cervantes, casi una veintena de niñas y niños entre 6 y 10 años participaron en el taller sobre ciudades sostenibles. Como siempre, la llamada a aportar material de reciclaje fue un éxito al igual que la implicación en la construcción de la maqueta de esa ciudad en la que les gustaría vivir. Un entorno urbano con mucha naturaleza, donde poder convivir con animales y plantas. Árboles que mitigan el calor, ríos y hasta algún estanque. Carriles bici y anchas aceras para caminar y ¡hasta huertos en las cubiertas de los edificios!
Este viaje ha sido toda una experiencia y acompañar a estos dos grupos en los talleres nos trae siempre un aprendizaje de gran valor que nos anima a seguir adelante con este proyecto. Muchas gracias a los y las participantes por la acogida y el entusiasmo con el que se implicaron en nuestros talleres y también gracias a los dos equipos del Cervantes en Argelia especialmente a Sandra y Shouila en Argel, y Juan Manuel y Nouria en Orán, sin su ayuda nada de esto hubiera sido posible.
¡Esperamos volver pronto!