Hemos recibido las postales que los lupo-turistas nos han enviado desde tierras gallegas, tras el último taller sin moverte del sofá del pasado sábado.
Las nuestras deben estar a punto de llegar, esperamos que los chiquitectos hayan encontrado un buzón, después de tanto skype… a algunos les parecía raro escribirse… 🙂
Seguimos viajando. El próximo smf será con Lupo de nuevo, pero esta vez desde Santiago, el 23 de Junio. Ya os podéis apuntar 😉
Parece mentira, pero con este verano que ha llegado de golpe nos hemos plantado ya en el smf#7 casi sin darnos cuenta. Tras viajar a Palma, A Coruña y Barcelona, el sábado pasado decidimos volver a encontrarnos con los lupo-turistas en tierras gallegas.
Gracias a herramientas como google earth y street view, pudimos recorrer la ciudad sin movernos del sofá. Caminamos por la playa de Orzán, por el paseo marítimo, subimos hasta la torre de Hércules, contemplamos las galerías de la avenida Marina…en ese paseo nos surgieron dudas que rápidamente nos resolvieron desde Coruña en la primera conexión via skype, donde intercambiamos opiniones y noticias sobre ambas ciudades. Así, supimos que esas vías que vimos cerca del mar pertenecen a un tranvía que ahora no funciona, y que el escudo de la ciudad tiene uno de los faros más antiguos del mundo…ellos nos preguntaron cuál era el edificio más alto de Madrid, punto débil de los chiquitectos, que casi contestaron al unísono ¡las cuatro torres!
Ayudados por los planos de Súper Lupo, y formando un equipo muy eficaz, conseguimos levantar la torre de Hércules con bastante rapidez, aunque hizo falta alguna ayuda extra para las últimas piezas..¡2,40 m que aguantaron hasta el final del taller!. Mientras los chiquitectos empezaban a construir todo aquello que se les ocurría, los lupo turistas seguían trabajando en el Templo de Debod.
Nos despedimos en una segunda conexión, tras contarnos cómo habían resultado los trabajos constructivos. Alguien pidió que nos cantaran una canción y los lupo-turistas nos deleitaron con Bailaches Carolina que algunos chiquitectos con raíces gallegas cantaron también desde Madrid. Todavía nos quedaron algunos minutos para escribir postales a nuestros nuevos amigos, después de tanta tecnología, todos se esmeraron en contar o dibujar cómo había resultado el taller…no faltaron los colchoneros que todavía celebran la victoria del pasado miércoles y que enviaron postales rojiblancas 😉
Como siempre un placer, ¡gracias a todos! y ¡gracias arquitectives!
El sábado pasado volvimos a La Cocinita de Chamberí para hacer un poco de urbanismo comestible 😉
Los chiquitectos se esmeraron, durante dos horas, en construir entre todos una ciudad en la que no faltó de nada. Tras analizar algunas ciudades del planeta decidieron que la suya iba a tener río y mar.
Y así fue, una corrriente salada atravesó la ciudad un extremo a otro, dejando a los lados algunos edificios flotantes, espacios verdes, torres, bloques de viviendas y hasta un colegio, todos ellos conectados por una red viaria en la que no faltó el carril bici. Hicimos hincapié en los transportes públicos y en los espacios para los peatones, dejamos los coches de lado, construimos una estación de tren y finalmente ¡inundamos todo de frondosos árboles!
Muchas gracias a La Cocinita por hacernos sentir como en casa, o más bien, ser como la cocina de la nuestra.
Para rematar un fin de semana lleno de actividad, el domingo hicimos un taller junto a La Gallina Rosa mezclando, una vez más arquitectura y lana cardada, que ya descubrimos en nuestro taller anterior que es una buena combinación.
Los chiquitectos, emulando a los surrealistas con el juego del cadáver exquisito, construyeron una casa. Cada uno decidió cuál era su espacio doméstico y se empeñó con esmero en la tarea que supone habitarlo…
Algunos decidieron unir fuerzas y se agruparon, estableciendo entre ellos un dialogo muy enriquecedor, decidiendo temas, aportando nuevas ideas y cooperando en la búsqueda de imágenes inspiradoras. El trabajo en equipo es siempre mucho más divertido 😉
Las especies domésticas no se hicieron esperar: ventanas, puertas, literas, armarios con disfraces, sofás, alfombras… fueron poblando cada uno de los espacios y llenándolos de color.
Sombra aquí, luz allá, pasaje secreto detrás del sofá, ventana alargada en aquel muro, techo móvil… la lana nos sirvió también para crear a los habitantes de semejante mansión, en la que no faltó el garaje ni por supuesto, el coche (¡enhorabuena Martín, por hacer el primer automóvil de lana cardada!!)
Un taller que repetiremos seguro, porque nos encanta colaborar con La Gallina Rosa 🙂
El sábado en Grey Elephant viajamos hasta las grandes llanuras de Estados Unidos para conocer cómo vivían los indios.
Tipi significa “lugar para vivir” (ti:vivir, pi:lugar en dialecto Lakota) y en este taller aprendimos, mientras montábamos nuestros tipis, que éstos son refugios cálidos en invierno y frescos en verano y que gracias a la abertura superior es posible hacer fuego dentro, regular la luz y renovar el aire del interior.
Los chiquitectos llenaron de color y animales las cartulinas que usamos como si fueran pieles de búfalo, y escucharon atentos las costumbres de estas tribus nómadas de las praderas, que eran capaces de transportar a caballo sus ligeras tiendas para luego montarlas en menos de dos horas y que siempre los orientaban hacia el este para despertarse con la salida del sol.
Nosotros también -en menos de dos horas- conseguimos tener listo nuestro gran poblado donde no faltó el fuego central para las reuniones, ni algunos tótems para “asustar a los dioses”, como dijo un chiquitecto. 😉
Con motivo del exposición sobre Richard Buckminster Fuller en Espacio Fundación Telefónica lanzamos #construyendoAFULLer una nueva #píldoraCreativaExprés en la que, en apenas 6 minutos, explicamos cómo...
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