Durante el pasado 1 y 2 de noviembre tuvimos el placer de participar en el V Encuentro Internacional Playgrounds de Educación en Arquitectura para la infancia y la juventud que se celebró en la Ciudad de la Cultura en Santiago de Compostela, como cierre de la fantástica muestra Argallar, exposición para jugar con la arquitectura, que se ha podido disfrutar desde el mes de septiembre.
Durante dos jornadas, por las mañanas, disfrutamos de diferentes ponencias por parte de reconocidos-as profesionales que compartieron sus proyectos y hablaron de educación, de naturaleza, de arte y de cómo transformar el entorno. Y sin que en el exterior dejase de llover, las tardes las dedicamos a participar en los interesantísimos talleres impartidos por los y las diferentes agentes de la asociación Ludantia (de la que formamos parte) en torno a cuatro temáticas: Arte, espacio público y participación / Transformación de espacios / Juguetes y dispositivos lúdicos / Arquitectura en la educación. Nosotras propusimos el taller El aula como espacio de aprendizaje donde, con un grupo de docentes, trabajamos la importancia del espacio en la educación y reflexionamos sobre cómo realizar cambios en el aula para mejorar la experiencia del aprendizaje.
Ha sido un verdadero placer poder compartir nuestro trabajo y aprender del de otros agentes, arquitectos-as, educadores-as y docentes. El intercambio de experiencias ha sido muy enriquecedor, al igual que compartir tiempo e ilusión con personas que están convencidas, como nosotras, de que a través de la arquitectura es posible transformar el estado de las cosas.
Han sido unos días muy intensos y hemos vuelto con renovadas fuerzas, con mucha motivación y con la convicción de que estamos en el buen camino. Cada vez somos más los colectivos que caminamos en la misma dirección, así que ¡sigamos avanzando juntos!
Gracias por el apoyo al encuentro de Proxecto Terra, al Colegio oficial de arquitectos de Galicia a la Xunta de Galicia y a la asociación de Ludantia por la organización de un evento cargado de estímulos, sobre todo a Fermín Blanco y Miguel Díaz, que se volcaron como nadie para que las jornadas fueran posibles, mientras nosotras aportamos nuestro pequeño granito de arena. 🙂
Pablo Albaladejo es arquitecto y chiquitecto.